Amar y ser amado
Esto me hizo pensar: si se puede corregir a una guagua para que no nazca con síndrome de Down, eso podría significar que en el futuro podrían no nacer niños con síndrome de Down. Nos acercamos a un tema muy delicado, podríamos estar definiendo qué ser humano es mejor que otro. Quisiera saber qué opinarían mamás, papás y hermanos de niños con síndrome de Down si se les dice que a él podrían retrocederlo en el tiempo, llegar a su estado de embrión y corregirlo. Muchas veces le he preguntado a una mamá que espera guagua qué es lo que más desea para su guagua. La respuesta típica es “que sea sanita”. Pero si insisto y le pregunto: si tuviera que escoger una sola cosa para su guagua, ¿qué escogería? Seguro que después de pensar, la respuesta sería, “que sea feliz”.
Es lógico desear que un hijo sea feliz y la felicidad se asocia a no tener impedimentos físicos, a ser normal. Pero estamos llenos de ejemplos que demuestran que no tiene por qué alguien sano tener más posibilidades de ser feliz que alguien que no lo sea. Me parece que nos confunde vivir en una cultura en que se asocia el éxito al aspecto físico o a que la persona tenga dotes que le faciliten el competir. Por esto nos tranquiliza tanto un hijo que tenga inteligencia, fuerza, etcétera; es decir, que esté bien preparado para competir. Pero si dejamos de lado prejuicios y lo pensamos bien, lo importante en la vida no es competir, ni ganar la competencia, ni menos tener éxito: lo importante es amar y ser amado, ser feliz. Tal vez los muchos hijos que pueda tener una mamá, si tuviera un hijo con síndrome de Down será del único hijo que podrá decir con certeza que es y será feliz. Pues estos niños vienen al mundo solo para amar y ser amados. Ésa es su misión.
Deberemos tener mucho cuidado a la hora de intervenir genéticamente a un embrión, pues en ese momento, ¿quién se atribuirá el derecho de decidir qué es lo normal, lo mejor o lo correcto? Sin darnos cuenta, y por querer hacer las cosas mejor, podemos de nuevo como humanidad acercarnos a la idea de construir el sueño del superhombre. Y lo único que consiguió la humanidad con este sueño fue dolor y denigración para el mismo ser humano. Demos gracias a tantos niños con síndrome de Down, tantos niños fuertemente discapacitados y a sus madres, que nos llenan de humanidad. Que nos hacen ver lo absurdo de nuestra diaria competencia y nos recuerdan el verdadero fin último del ser humano: amar y ser amado".
(Artículo publicado en "Puntadas con Hilo, Reflexiones de Felipe Berríos, S.J").
* Enlace de interés: http://www.down21-chile.cl
* Más post's de Felipe Berríos en 'Antes de partir': Proximamente.
Labels: Amor, Espiritualidad, Felicidad, Intensidad, Misión
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