Mis amigos

En el ancho mundo de la gente,
un lugar de preferencia
lo ocupan mis amigos.

Ellos tienen nombre, rostro, historia,
pecados, secretos y apellido.

A ellos he aprendido
a querer muy intensamente.
He gozado con su alegre convivencia
y también he sufrido mucho
en sus momentos de conflicto.

Sin ellos no sería como soy.
Sin mí, ellos no serían como son.

De alguna manera han sido alfareros
De mi manera de sentir y de pensar
Ellos han modelado mi arcilla
Y yo me he dejado modelar.

Han tenido paciencia con mis defectos.
Han reído a carcajadas con mis bromas.
Han escuchado mis largas confidencias.
Y han perdonado mis caídas reiteradas.

Realmente estoy muy agradecida(o) de ellos.
Dios me los puso en el camino
Y hoy puedo valorar ese regalo gratuito.

Jesús de ningún modo fue un solitario
Al revés: gozó con sus amigos,
Comió, caminó y sufrió con ellos.

Jesús los elige uno a uno
con nombre y apellido.
Cultiva una relación personal,
afectiva, sincera directa y clara
con cada uno de ellos

Si Jesús busca hoy
activamente a sus amigos
y los cuida amorosamente,
no puedo pretender yo
vivir sin cultivar mis amistades.

Amo, admiro y quiero
a mis amigos....
Y los necesito
Casi con urgencia. Sin “casi”.



Escrito por María Eugenia Hermosilla Catalán,
quien me honra con su amistad.